Dicen que los pastores huelen a lana,
pastorcillo es el mío, huele a retama,
quítate, niño, de los balcones.
Porque si no te quitas, ramo de flores,
llamaré a la justicia que te aprisone
con las cadenas de mis amores.
Dicen que los pastores huelen a sebo,
pastorcillo es el mío, huele a romero,
quítate, niño, de los balcones.
Porque si no te quitas, ramo de flores,
llamaré a la justicia que te aprisione
con las cadenas de mis amores.
Ciento cincuenta reales da una viuda,
por la sotana, mare, mamita mía, del señor cura.
Y el cura le responde con mucho asiento,
“yo no doy mi sotana, mamita mía, porque voy preso”.
Dicen que los pastores huelen a lana,
pastorcillo es el mío, huele a retama,
quítate, niño, de los balcones.
Porque si no te quitas, ramo de flores,
llamaré a la justicia que te aprisone
con las cadenas de mis amores.
Sólo dejamos de existir cuando nos olvidan, en determinadas fechas el recuerdo de la persona que se nos ha ido para siempre duele mucho más, a pesar de ello,la Navidad de mi infancia seguirá siendo uno de mis recuerdos más queridos.