He perdido la llave donde guardé la envidia,
de ser la sombra de alguien cruzado en mi camino.
He perdido la llave de la injusta avaricia,
de abarcar cada instante el espacio y el tiempo
fantasmales ensueños que un día creí míos.
He perdido la llave donde viví en la gula
placeres oxidados que fui sustituyendo;
he perdido la llave donde gritó la ira,
cegando su quejido por la voz del silencio.
He perdido la llave del rencor y del miedo
que olvidando el perdón
como tela de araña, tejía en mi interior,
un odio tan inmenso.
He perdido la llave de la melancolía,
rasgando la almohada, he dejado escapar
aquello que formaba la parte de sus sueños.
He perdido la llave de la odiosa desidia,
mordiéndome el dolor, sin la ayuda de nadie
seguir hacia adelante cada vez que tropiezo.
He perdido la llave de la brutal violencia,
enterrando reproches,
bordando la ternura ,remendando el respeto.
He perdido las llaves, de unos hábitos,
que sin quererlo yo,
me fueron consumiendo,
si acaso las encuentro,
las dejaré caer al insondable abismo
donde no pueda nunca recuperar su hierro.
Haiku 64 (Noviembre)
Hace 2 semanas