escancio,lentamente, mi copa mirándome al espejo,
Ojalá que la vida te perdone los errores causados,
que la felicidad no falte a visitarte;
aquí muere la mía,
prisionera en la casa que un día fue la nuestra
de donde aquella tarde
y sin apenas ruido,
no te olvidaste nada detrás de aquella puerta.
Me sabe bien el vino...
fíjate, que nunca me ha gustado,
pero ahora,
en esta fría noche
me alegra la tristeza.
La música que suena me invita a bailar lento,
mis manos van tejiendo una difusa sombra
mientras mis labios nombran
quien no me pertenece.
Brindo y vuelvo a brindar por todos tus agravios,
por mis tiernas palabras premiadas con silencios.
Donde viví contigo lo que yo creía amor
tan sólo fue un engaño,
tan sólo un espejismo.
Borracha de dolor, beoda de amargura,
si he de verte algún día no vengas a mi encuentro,
para qué?...ya no tendría sentido,
con nada has de encontrarte.
Apretando mi paso me cambiaré de acera,
ya te di lo que fuí, y aún así
no valió, ya lo sabes,
sólo un despojo queda.
Qué dulce sabe el vino!,
amansa la tristeza...