Por el simple placer de escribir,sin ser escritora,todo cuanto se pueda leer aquí es fruto de mi imaginación,ningún personaje ni situación descrita existe, tan sólo son historias trasladadas de mi mente a este blog.
Muriendo el día, restando las horas, te burlas de mí, apoderándote del tiempo no me dejas consumar lo que debí hacer y no hice.
Enojado,cerrando tu valija, te llevas parte de mi vida tras haber guardado, entre otras muchas cosas, tantos agradecimientos como ofensas que no fui capaz de perdonar.
Dejando a la deriva momentos de angustia, empaquetas promesas incumplidas e intenciones quebrantadas, porque la solidez de mi cobardía venció a la de mi proeza.
Mesando tus barbas, aún compasivo, aleccionas mis errores, avisándome, de que no fuiste el culpable de mi incuria.
Y en tu débil agonía, aún misericordioso, una burlesca reverencia me muestra el camino que se abre ante mí donde sea capaz de redimirme.
Con tu adiós, viejo amigo, me previenes: "Existe un final en el que todo se acaba, lo perdido ya no es recuperable".
Esta noche, en tu último segundo, cuando me des las espalda, no dejaré que te lleves mi único propósito.
Si volviera a recaer en mi error habré de recordarte, mostrado el dolor causado a la vida desaprovechada, enmendaré mis culpas.
Es de madurez reconocer que uno se ha equivocado y procurar enmendarse, pero más maduro pudiera ser, reconocer las debilidades del otro, decirselasa la cara y mantener la cabeza muy alta.
Hay que tener una sensibilidad especial para no herir demasiado cuando se dice adiós. Este poema fue escrito la tarde de fin de año, me paré a pensar todo aquello que hice y que dejé por hacer durante los 365 días ya agotados. Al año que se iba le puse rostro y así me habló,espero que en éste, que ya estamos viviendo, no recaer en los errores pasados. Un besazo, Guille.
2 comentarios:
Es de madurez reconocer que uno se ha equivocado y procurar enmendarse, pero más maduro pudiera ser, reconocer las debilidades del otro, decirselasa la cara y mantener la cabeza muy alta.
Besibrazos.
Hay que tener una sensibilidad especial para no herir demasiado cuando se dice adiós. Este poema fue escrito la tarde de fin de año, me paré a pensar todo aquello que hice y que dejé por hacer durante los 365 días ya agotados. Al año que se iba le puse rostro y así me habló,espero que en éste, que ya estamos viviendo, no recaer en los errores pasados.
Un besazo, Guille.
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